Más de 70 universidades participan en el IV Congreso Internacional Universidad y Discapacidad

19/11/2018

Bajo el lema ‘La Universidad, motor de cambio para la inclusión’, el IV Congreso Internacional Universidad y Discapacidad reunió en Madrid,  los días 15 y 16 de noviembre, a más de 70 universidades y medio centenar de instituciones de 20 países ligadas al mundo de la educación, la discapacidad y las tecnologías.

Foto de familia de la inauguración del Congreso CIUD

El IV Congreso Internacional ‘Universidad y Discapacidad’ reunió los días 15 y 16 de noviembre en Madrid a más de 70 universidades y medio centenar de instituciones de 20 países ligadas al mundo de la educación, la discapacidad y las tecnologías.

Se trata de un evento organizado por Fundación ONCE, el Real Patronato sobre Discapacidad, CERMI y CRUE Universidades Españolas que cuenta con la colaboración de OEI; Ministerio de Cultura y Deporte; Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades; Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social; Ministerio de Educación y Formación Profesional; Fondo Social Europeo; Fundación Universia, y Fundación Vodafone.

En esta edición, que coincide con el 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el objetivo general del evento ha sido constatar que la educación superior y la universidad son motores de cambio para la inclusión.

Las secretarias de Estado de Universidades, Investigación, Desarrollo e Innovación, Ángeles Heras, y la secretaria de Estado de Servicios Sociales y secretaria general del Real Patronato sobre Discapacidad, Ana Isabel Lima, fueron las encargadas de inaugurar el Congreso.

En su intervención la secretaria de Estado de Universidades aseguró que “la Universidad es el marco idóneo para corregir todo escenario de desigualdad”. En este sentido, afirmó que una de las políticas prioritarias del Ejecutivo es “no perder ningún talento ni ninguna oportunidad”, y ofreció todo el apoyo de su departamento en el desarrollo de paquetes normativos, universitarios y de innovación que tengan en cuenta a las personas con discapacidad. “Tenemos que ser una sociedad inclusiva en todos los órdenes de la vida, también en la universidad”, concluyó.

En la misma línea, la secretaria de Estado de Servicios Sociales reafirmó el apoyo del Gobierno a la inclusión de las personas con discapacidad en todos los ámbitos. “Hay una apuesta expresa por la inclusión”. En su opinión, se ha avanzado muchísimo pero es necesario seguir avanzando ya que sigue habiendo obstáculos para llegar a la educación superior.

En el acto de inauguración, conducido por la comisionada para Universidad, Juventud y Planes Especiales de Fundación ONCE, Isabel Martínez Lozano, también participaron el director general de Fundación ONCE, José Luis Martínez Donoso; el vicepresidente de CRUE Universidades Españolas, Miguel Ángel Collado; la directora de Cultura de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), Luz Amparo Medina; el vicepresidente del CERMI, José Luis Aedo; el presidente de Vodafone España, Francisco Román, y la directora general de Fundación Universia, Sonia Viñas.

La inclusión, una cuestión de derecho

El canadiense Gordon Porter, referencia internacional en el ámbito de la educación inclusiva y director de la entidad Inclusive Education, fue el encargado de pronunciar la conferencia inaugural del encuentro, en la que afirmó que “la inclusión va a ocurrir” y a extenderse cada vez en más países porque “es una cuestión de derecho”, “una buena práctica” y revierte, además, en la consecución de una sociedad mejor.

En su exposición, el experto señaló que, para que esta inclusión sea real, hay que derribar barreras y acabar con mitos como el de que los alumnos con discapacidad deben ser atendidos siempre por especialistas, algo que, en su opinión ,”no es cierto”, ya que profesionales bien formados pueden enseñarles también con eficacia.

No obstante, matizó el doctor Porter, sí han de contar las escuelas con equipos especializados que apoyen al profesorado a la hora de resolver cualquier duda relacionada con la educación y la inclusión de los estudiantes con discapacidad en todos los ámbitos de la comunidad escolar. En cualquier caso, uno de los mayores obstáculos que hay actualmente a juicio de este experto a la hora de lograr una educación inclusiva real es el de no contar con líderes sólidos y seguros de sus posturas. “Necesitamos líderes que tengan la cabeza clara y se atrevan a hacer ciertas cosas”, concretó.

Tras la conferencia inaugural, el congreso contó en su primera jornada con varias mesas redondas en las que especialistas en educación inclusiva y líderes universitarios con discapacidad debatieron sobre la situación de la formación superior para los alumnos con discapacidad.

La segunda jornada del evento contó con la participación de José María Nyssen González, de la Unidad de Calidad y Planificación Estratégica de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA). Nyssen reflexionó sobre la importancia de que la formación inclusiva sea de calidad, en la ponencia ‘La inclusión como elemento de excelencia: evaluación de su calidad’. Además, se desarrollaron diversas mesas redondas y se entregaron los premios a las mejores comunicaciones y al mejor póster presentados en el marco del congreso.

Manifiesto por una educación inclusiva eficaz

El encuentro se cerró con la lectura de un Manifiesto que recoge la necesidad de que la comunidad educativa trabaje coordinada para implantar de forma efectiva un modelo de educación inclusiva que cuente con “protocolos de actuación obligatorios”. “Debemos promover la implantación efectiva de un modelo de educación inclusiva que garantice la presencia, participación y progreso de todo el estudiantado con discapacidad”, reza el manifiesto.

En esta línea, el documento argumenta que la educación inclusiva “ofrece mejores resultados académicos, personales, sociales y económicos para la sociedad”. Pero para diseñar el modelo de educación inclusiva, prosigue el texto, son necesarios “protocolos de actuación obligatorios que garanticen que los servicios que ofrece la Universidad se presten atendiendo al derecho que tienen todas las personas sin distinción alguna y en igualdad de condiciones”.

Es necesario también, a juicio de este manifiesto, que las universidades asuman como una de sus funciones la de aplicar políticas que garanticen la inclusión y la buena gestión de la diversidad, y que las agencias de evaluación lo tengan en cuenta en sus procesos de valoración.

Por otra parte, el documento final recoge el compromiso de sus participantes a trabajar de forma conjunta para “crear herramientas, sinergias y estrategias comunes” que faciliten el tránsito adecuado de los estudiantes con discapacidad de las etapas educativas obligatorias hacia la educación superior.

Del mismo modo, los congresistas se comprometen a formar al personal docente e investigador para favorecer la creación de una “comunidad universitaria inclusiva de calidad”, así como a impulsar la participación de las personas con discapacidad intelectual en las universidades, “a través de programas adecuados a sus competencias”.